Parche
patriótico al sistema electoral
En Infobae o en este blog podrá leerme despotricando contra el
sistema electoral argentino desde hace mucho.
Aún más, vengo sosteniendo
que entre este absurdo mecanismo de
elecciones, las PASO, la boleta sábana, los reglamentos internos de cada Cámara
y el monopolio corruptor de los partidos, solamente un ultra optimista o
alguien con escasez de razonamiento puede llamar a nuestro sistema “democracia”
y menos defenderlo como si fuera el Evangelio.
No soy original. Está ocurriendo
lo que predijera Tocqueville sobre la democracia hace 180 años. No tema, no lo
mandaré a leerlo.
El escándalo de las elecciones en
Tucumán, (y el escándalo que armó la gente) parecen habernos despertado a los
ciudadanos y a la oposición, que ahora intenta de apuro reformar el sistema
antes de que el kirchnerismo haga valer la ley del almacenero: el que suma la
libreta gana.
Pese a lo que opina Sergio Massa,
la idea de saltar de la precariedad colonial de hoy a un voto nacional
electrónico en dos meses es técnica y prácticamente inviable. Cualquiera que
haya intentado implantar un sistema modesto de facturación en su empresita lo sabe.
Ni que hablar de las abuelas anti
digitales, que temen, aún desde un conocimiento algo supersticioso, el hackeo, la pérdida de anonimato, (se ve
que no usan Internet) y otros terribles males que acarrearía tal modernización.
Esa discusión llevaría a un debate de muchos meses.
Veamos entonces lo que se puede
hacer hoy, sobre bases realistas.
Boleta
única:
Este parece ser un paso posible y más o menos aceptado. Habría que acordar un
formato que no fuera demasiado engorroso.
Eliminaría
el problema del robo de boletas, aunque no el de urnas “embarazadas”.
Si
bien para el votante con instrucción precaria obliga a saber leer y a un
esfuerzo intelectual algo mayor, representa una enorme ventaja para la inmensa
mayoría de los votantes, y facilita enormemente el recuento de votos en cada
mesa.
Las
actas podrían replicar el formato de la boleta única, ayudando a la velocidad,
precisión y limpieza en el conteo. Lo mismo las actas-telegrama, que podrían
seguir el formato de la boleta única, al igual que todo el mecanismo de
escrutinio. Eso es fácil de aplicar.
Supongamos que ese mecanismo está
resuelto. Y vayamos un paso más adelante.
Telegramas:
Se
puede reemplazar el método de telegramas a través del Correo por un sistema de
envío de información sistematizada vía Internet. Eso puede normalizarse con una
planilla con igual orden y formato que la boleta de voto, lo que organiza y
facilita el escrutinio provisorio y el definitivo. En un país donde los
pulgares sobre el teclado virtual del celular se han convertido en el órgano
pensante de la gente, no cabrían demasiadas excusas para no usar este sistema.
Centro
de Recepción, volcado y conteo: El tradicional Correo Argentino no tiene ya razón
de ser. Su utilización como centro de recepción tuvo que ver simplemente con la
utilización del telégrafo, que era el mecanismo de comunicación universal. No
hace falta explicar cuál es el mecanismo de comunicación universal hoy.
El
nuevo centro de recepción de cada jurisdicción, con prescindencia de su
ubicación física, tendría un coordinador y operadores técnicos, estará
conformado y verificado paso a paso por todos los legítimamente involucrados:
la justicia electoral y los fiscales generales de todos los partidos.
Este
nuevo formato no requiere de una alta complejidad técnica, salvo algunos instrumentos
estándar de computación. El resto es la utilización de una metodología y procedimientos
administrativos fácilmente diseñables y aplicables.
Sin embargo, serviría para evitar
varias maniobras que se han detectado en la recepción y volcado de los
datos. Con esto no habría forma de
alterar los archivos digitales, que se enviarían en formato inmodificable.
Control
paralelo de fiscales de mesa: Como se ha venido haciendo espontáneamente en
muchos casos, los fiscales de cada mesa pueden enviar a sus fiscales generales
en el Centro de Recepción una foto del acta final de la mesa, que será fácilmente
comparable con los datos recibidos digitalmente vía el Presidente de mesa.
Reglas
y normas de procedimiento: Podrían cambiarse algunas reglas para limitar la
participación o importancia de los funcionarios de cada Poder Ejecutivo y reforzar el poder de decisión de la
Justicia y los Fiscales Generales en casos de interpretación y dudas.
También
se podría agilizar la intervención y acción de la justicia y las fuerzas del
orden en caso de flagrantes delitos que afectaran la libertad de elección y el
resultado de los comicios. Esto sería de
aplicación tanto en cada mesa como en todos los ámbitos en que se vote o se
escrute.
Todavía
habrá que vencer la resistencia obsesiva casi asnal del FPV a cualquier cambio,
pero eso podría revertirse con algunas manifestaciones o marchas populares
contundentes. Tucumán patentó un sistema que habrá que usar, sobre todo si la
marcha se organiza al instante, no como un casamiento en que se reparten las
invitaciones con un mes de antelación.
Para obtener logros ciertos, la
oposición tiene que presentar urgentemente un programa como el que propongo o
alguno similar. No limitarse a pedir un cambio y trasparencia, como ha
comenzado a hacer, ya que ello la lleva a la nada. Ese programa debe ser
trasmitido conjuntamente a la ciudadanía, sin
discrepancias, y convocarla a la movilización.
Comprendo que hay
muchos otros pasos que pueden darse, pero debemos concentrarnos en los
mecanismos que nos permitan a todos los ciudadanos aceptar como válido y justo
el resultado de las próximas elecciones nacionales. El país está al borde de
una real emergencia y no necesitamos dudas sobre la legitimidad de quien
gestione los ya complicados asuntos de la Nación.
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