Para los que dicen que es muy pronto
para empezar a hacer algo



Tenemos varias clases de empresarios:

Los colgados del proteccionismo, el Mercosur y la herencia mussoliniana de Perón, la Cepal, Aldo Ferrer, Rogelio Frigerio (a) y la UIA.

Los colgados del gasto vía licitaciones truchas con adjudicaciones rotativas, precios arreglados, juicios inventados que el estado siempre pierde. Contratistas de obra pública, tecnología y similares.

Todas las privatizadas que se fueron entongando con el estado, o que fueron compradas por testaferros o amigos K. 

Los del juego en todas sus versiones. 

Los de Tierra del Fuego. 

Los que viven de la publicidad del estado.

Las Barrick , Chevron, PAA, y similares, que se metieron en la actividad extractiva antes y con los K, que  tienen un poco de las tres primeras. Todas con contratos abusivos, todas con juicios en proceso, ya ganados o en preparación.

Los de las tercerizaciones, todas truchas y falsas, que son ficticias y sin prestación alguna, con 100% de gasto inexistente. Incluyo estudios y profesionales cobrando servicios absurdos y  con costos exorbitantes. La gran mayoría del período K.

Los operadores de falsas financieras y similares, entroncadas con las anteriores. Miles de cuevas de lavado y redistribución de coimas y curros, facturas truchas y maniobras de ocultamiento. Dije miles.

Los relacionados con la droga, la importación de precursores, las cocinas, y todas las actividades de apoyo al narco, incluyendo actividades legales pero llevadas a cabo por narcos o sus esbirros.

Los colectiveros y operadores de trenes prendidos de los subsidios que les entrega el estado, por los que antes devolvían fortunas a los K y se quedaban fortunas para ellos. 

Los que viven de Fútbol para todos. Los que hacen negocios con las empresas del estado, cómplices de su déficit.

Estas "empresas" afectan la competitividad y el empleo, destrozan el sistema económico y social, cuando no el medio ambiente y encarecen el gasto del estado.  Y ciertamente impiden el crecimiento.

¿Qué vamos a hacer con esto? ¿Usar gradualismo? ¿Lograr que sean buenos y eficientes y dejen de robar? ¿Convencerlos para que dejen de pecar?

Estos mecanismos de robo al estado y al consumidor cuestan varios puntos del PBI. Más que el déficit de 7 u 8 % heredado. 

Detectar y eliminar las prácticas de estos "empresarios" ahorraría varios puntos de déficit sin cambiar un problema fiscal por uno social, sin perjuicio de encarar una racionalización imprescindible.

Los objetivos del reciente anuncio de Prat Gay indican que estos aspectos no serán atacados en 2016.

Si no lo atacan en 2016, ¿cuándo?


Ahora díganme que no es tan fácil y le preguntaré para qué se postularon.



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El coraje de explicar


            Compré The Courage to Act (Ben S. Bernanke, A memoir of a crisis and its aftermath; @2015 by the author), casi por impulso. Me pareció interesante repasar lo que fue y es la más grande crisis financiera universal incluyendo la del 29-30, de la mano de su protagonista máximo.

            Lo primero que descubrí es que Bernanke, a diferencia de la mayoría de los economistas, escribe bien. Con buena prosa, pasa los primeros capítulos describiendo su infancia y sus humildes orígenes, acaso tratando de demostrar otra condición que tampoco poseen los economistas: la de seres humanos normales.

            De paso, y con la prolijidad y cuidado que habita todo el libro, explica su formación y su carrera, llena de nombres prestigiosos. Ciertamente el punto más destacado en su trayectoria es su apasionada especialización en la Gran Depresión y los errores cometidos en el manejo de ella. Seguramente el aprendizaje del manejo de esa terrible etapa y los análisis que hicieron sobre el mismo tantos genios de la profesión fueron de una gran ayuda en tan dramático desafío.

            Describe con gran estilo el proceso por el que es designado presidente de la Reserva Federal, y conmueve cuando muestra cómo alguien de humilde origen puede ser elegido para ocupar la casi omnipotente posición de responsable del sistema financiero global.

            En todo el proceso del desarrollo de la crisis y las medicinas aplicadas por la FED, muestra noveladamente el complicado mecanismo legal del sistema monetario americano, que solemos conocer superficialmente y entender menos aún. Allí se puede advertir lo que significa exactamente el concepto de Banco Central independiente, y de una política monetaria que no está regida ni por el Congreso ni por el ejecutivo.

            A medida que cuenta el día a día del proceso, además de permitir entender las razones de cada una de las medidas - exitosas o no - que se tomaron, se va comprendiendo el respeto que tiene EEUU por las instituciones, por las limitaciones de la ley, por la jurisdicción de cada funcionario, por las atribuciones de cada poder.

            También por las empresas privadas. Bernanke concede varias veces que algunos de los excesos no pudieron impedirse porque ni la FED ni el estado tenían poder sobre las decisiones empresarias, aún cuando las circunstancias obligaran al gobierno a su salvataje.

            El que fuera Hombre del año para TIME en 2009 no esquiva ningún bulto. Reconoce todas las críticas que conocemos y que hemos proferido, las explica y responde y va explicando en detalle no sólo las razones de cada paso, sino sus evaluaciones personales y de cada uno de los protagonistas, así como las variantes descartadas y las razones para ello.

            Además de un tratado de política monetaria bajo presión, se trata también de un curso intensivo de acción de gobierno, que a tantos teóricos hace tanta falta, incluyéndome.

            Docente al fin, su trabajo se detiene minuciosamente sobre cada medida y cuenta su análisis y dudas en cada caso. Y por supuesto, las dificultades y limitaciones que le obligaron a corregir rumbos muchas veces. No será fácil esbozar críticas sin leer esta obra.

            Un importante aspecto del libro es que todas las decisiones, discusiones, discrepancias, dificultades y logros, tienen nombre y apellido, aunque siempre tratados con el respeto que luce como una característica de vida del autor.  Ese respeto parece agrandarse cuando habla de su antecesor, Alan Greenspan, The Maestro, para el mercado.

            Acaso al omitir la responsabilidad que se ha atribuido al legendario Presidente de la FED  en la creación y tolerancia de la burbuja que el propio Greenspan denominara La Exuberancia irracional, se muestre su educada y cultivada personalidad de respeto técnico y personal más que en ningún otro aspecto de su libro.

            A cargo del timón de la Reserva en el momento más difícil de su historia, entre 2006 y 2014, la tarea de Bernanke no tenía oportunidad de ser considerada exitosa ni siquiera buena. Todos tendremos nuestra propia crítica y nuestra propia receta, tanto en la salida de la crisis como sus procesos posteriores que culminan con el QE1 Y QE2. Pero hay algo casi imposible de discutirse. Difícilmente podría haberse encontrado alguien más adecuado para ese momento de la historia que este modesto profesor de Princeton.

            No será providencial como John Pierpont Morgan, ni legendario como Paul Volcker, ni venerado como Alan Greenspan. Pero salvó al mundo de una crisis terminal y le dio una nueva oportunidad.

            Tal vez por respeto y por profesionalismo, su libro no pone suficiente énfasis en una cuestión gravísima que pudo resultar fatal: el sabotaje sistemático del Tea Party americano al proceso de reordenamiento financiero, en momentos clave para los Estados Unidos y su supervivencia. Algo sobre lo que los argentinos deberíamos meditar en este especial momento del país.

            The Courage to Act es un pequeño posgrado.  Alguna vez será texto obligado en todas las facultades. Ese es un vaticinio y una esperanza.



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