Un breve ejemplo de por
qué, aún sin los K,
es tan complicado bajar
el gasto del Estado.
Fines de los 80. Publico algunas
notas en Ámbito sobre una prórroga sin licitación que la Municipalidad le da a Manliba,
de SOCMA, la empresa de Franco Macri.
Me llama Mauricio Macri: entonces
Gerente General de SOCMA «Publicaste varias notas contra nosotros y querría que
escuchases nuestra versión. Le digo que no me hace falta, que he leído las
resoluciones, los fundamentos, etc.
Me insiste: «pero si nos acusás de
algo nos tenés que escuchar» Me parece razonable. Le digo que mande a su gente.
Vienen sus abogados, no sus gerentes. Todo bien, no calienta. Hablen.
«Usted nos está acusando
injustamente» - ¿Por qué? ¿No es cierto que les dan una prórroga del contrato
sin licitación, que los precios son mucho mayores, y que los controles serán
menores?, - digo yo.
«Eso es cierto, pero no es una
estafa. Nos están pagando con esta prórroga por el juicio del CEAMSE que le
ganamos. Como no tienen plata para pagarnos porque son cientos de miles de
dólares, acordamos que en pago nos prorrogaban este contrato. »
¡Ah! – les digo con mi bonhomía proverbial. Ganaron el juicio
del CEAMSE. ¿Y qué dice el fallo?
Respuesta: « Es que lo
ganamos porque la Municipalidad no contestó en término y dejó caer los plazos»
Yo: Entonces cambiaré el enfoque de mis notas. Ahora pediré
que vayan en cana todos los abogados de la Municipalidad, empleados públicos
que dejaron caer deliberadamente los plazos en un juicio millonario. Y también
ustedes, que indudablemente los «motivaron a hacerlo»
Se fueron, nunca más volvieron, ni me
llamó Mauricio.
La prórroga siguió vigente hasta
1997, con costos fenomenales para la Ciudad.
Esta pequeña anécdota, que
deliberadamente recuerdo porque involucra directamente a quien representa en
teoría para muchos la solución a los problema económicos y éticos de la
Argentina, muestra que la baja del gasto es una tarea que hay que emprender de
modo orgánico, con todos los recursos, con gran coraje, y persuadiendo a la
sociedad de las ventajas del cambio.
CFK, Macri, no son una excepción.
Este es el verdadero rostro del gasto y el déficit.